Situado en la calle La Colonia, fue uno
de los primeros edificios construidos en la época de los jesuitas
junto con la Tahona y El Molino del Rey. En época jesuita sirvió
como cuadra para bestias, mientras que durante el reinado de Carlos
III sirvió como posada, y posteriormente durante la guerra y algunos
años de postguerra fue utilizado como cárcel, es por ello que se le
conoce con el nombre de Antigua Cárcel.
Más tarde, fue utilizado como vivienda
para gente que no tenía recursos económicos. Después, el edificio
estuvo abandonado hasta finales de los años 70- principio de los 80,
cuando se empieza a rehabilitar el patrimonio histórico de la
localidad y se recupera parte de su estructura original. Es a partir
de esta etapa cuando empieza a funcionar como sede de la peña
flamenca La Carcelera y como bar abierto al público.
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